miércoles, 6 de junio de 2007

la ruptura de la tregua

Por lo visto hoy (5 de junio) temina a las 24.00 horas lo que ETA llamó "alto el fuego permanente". Es, sin duda, una noticia mala, triste, pero sólo relativamente, pues le da nombre a una esperanza que hace tiempo que venía erosionándose por las malas noticias relativas (violencia callejera, imposibilidad de la izquiera abertzale pro-terrorista -pues no todos los independentistas vascos son pro-violentos o violentos- de avanzar hacia la condena del terrorismo, un giro de la banda y su entorno hacia una política de máximos que parecía abandonada al inicio de la tregua y que facilitaba la negociación) y que se dinamitó definitivamente con el atentado en Barajas.

El cinismo de ETA y su entorno fue máximo cuando pretendió decir "aquí no ha pasado nada", una táctica dirigida a que las culpas de ruptura no cayeran sobre ella, sospecho. Un cinismo que se convirtió en una macabrería vomitiva cuando fueron capaces de disculparse y exculparse frente a las familias de las víctimas y reconocerse como hermanos del pueblo ecuatoriano por sufrir la opresión del pueblo español. ¿Qué cojones les importaría a los familiares esas justificaciones? ¿qué tipo de mente perversa puede justificar así (si es que cabe alguna justificación) dos muertes?

Y la situación, desde que Mariano Rajoy fuese durísimamente criticado desde su partido por no utilizar el terrorismo en el Debate sobre el Estado de la Nación y cambiase su posición frente a esta cuestión y el PSE se reuniese con los hipócritas Otegui y sus secuaces, se convirtió en insostenible. Las bofetadas (y las mentiras) del PP hacia el PSOE han sido innumerables y descarnadas (en algún momento deberían responder de la cantidad de basura que han vertido). Y la línea política errante e incapaz de incorporar a la oposición (ni a gran parte de la opinión pública) a esta cuestión común -como es el fin del terrorismo- del Gobierno, ha colaborado en generar una situación de desconcierto y en sembrar serias dudas sobre sus decisiones (la cesión al chantaje que supuso la huelga de hambre de De Juana, los disparatados pronunciamientos del Fiscal General del Estado).

Y es que la situación es dramática, salvo que cambien las tornas. Los primeros pronunciamientos del PP se han dirigido contra el Gobierno, y los primeros del PSOE se dirigirán contra el PP. Este es el verdadero alcance de esa enfermedad que es el terrorismo. La culpa de que ETA vuelva a su actividad asesina, extorsionadora, mafiosa y fascista-totalitaria (olvidemos romanticismos ideológicos) es de la propia ETA. Y desviar la atención o buscar culpables fuera de ella es justificar su actividad. Es decir, tratar de culpar al Gobierno de que ETA siga matando es decir que el Gobierno es responsable de la barbarie, y restarle esa misma responsabilidad a los terroristas. Y decir que la tregua no ha avanzado y que por tanto ETA matará por culpa del PP, es lo mismo que decir que un partido democráctico debe amoldar su postura a las sensibilidades de unos terroristas y si no lo hace justifica sus actos. Esto es una aberración ética.

La única y absoluta responsable de su violencia es ETA. Nadie más. Valoraciones políticas sobre la gestión de la tregua son legítimas. Pero valoraciones dirigidas a culpar a los partidos de la voluntad de ETA, es desresponsabilizar al terrorismo de su propia culpa.

Espero que, ahora que las esperanzas de paz que depositamos hace más de un año se han ido a la mierda, dirijamos la mirada hacia la única culpable y dejemos de lanzarnos mierda entre los que no creemos en la violencia como medio de hacer política... o mejor dicho, los que creemos que la violencia no es un medio para nada.


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